Lilia Lardone

Licenciada en Letras Modernas nacida en Córdoba, en 1941
Desde 1988, coordina talleres de escritura y corrección. Publicó poemas, novelas, cuentos y textos informativos, además de libros dirigidos a niños y jóvenes.

Algunos de sus libros publicados:
* Puertas Adentro (novela - Alfaguara, 1998, Babel Ediciones, 1998),
* Esa chica (novela)
* La fábrica de cristal (novela)
* Vidas de mentira (cuentos)
* Papiros (cuentos)
* Pequeña Ofelia (poemas)
* Diario del río (poemas)
* La escritura en el taller (ensayo en co-autoría, Editorial Anaya-Madrid)
* Caballero Negro (novela Premio Latinoamericano de Literatura Infantil 1999 de Norma/Fundalectura, Bogotá)
* Los asesinos de la calle Lafinur, cuento ilustrado editado en Bogotá


Pequeña Ofelia

te veo
madre
a pesar de la bruma
de este día gris
no soy yo
no estás
son otros los encajes

te veo
flotar apenas pequeña Ofelia
tu corona de nardos va marchita
flota
y refulge
entre blancos encajes
un leve rosado perturba aún tus labios
y vas a la deriva
hacia un mundo
irrenunciable

qué es la muerte madre
en qué círculos vas
alejándote
por mi aliento trepan las serpientes
los demonios anidan en mi sangre
madre qué es la muerte
yo no quiero
esta vez
acompañarte


diario del río

primer paseo

un gran pájaro negro
inmóvil
bajo el sol de la mañana
abre sus alas
las despliega
estira cada pluma hacia la luz
ignora mis pasos
mientras lo miro

en la tarde

los pensamientos van
atrás
el biguá
rompe el reflejo del sol sobre el río
se hunde en las aguas turbias
aparece con su presa
él sabe conseguir
lo que desea

movimientos

ha atrapado un pez
plateado
a la distancia veo la lucha

el pez se mueve
el pico del gran pájaro negro lo aprisiona
también se mueve el pico
en otro vaivén
entre el desamparo del pez
y la certeza del ave
el latido de mi corazón


Ruidos

El aceite chisporroteante / un móvil de madreperlas en la brisa/
la zambullida/ el falso café al estallar / la llave en la cerradura (cuando espero) /
un moscardón en la siesta de verano /
el primer soplo antes de la tormenta / el crujido del quebracho quemándose /
una moneda rueda / hojas secas bajo mis pies / la bolita cae
sobre las baldosas rojas/
un taconeo en la noche / los molinos de viento (cuando hay viento)/
el teclear de la máquina de escribir / susurros en la cama/
sirenas / el teléfono en la noche /
la respiración jadeante de mamá/ ladridos / una canilla gotea / el globo se desinfla /
la pedrea sobre el zinc / las langostas comiéndolo todo /
un perro rascándose /una voz canta (en esa iglesia de Quito)/
la escoba barre el patio de tierra/ se quiebra el vidrio / las campanas /
pasan silenciosas las hojas del libro en el silencio de la siesta/
un portazo /
golpes en el techo /
ahí vienen/insaciables/
los recuerdos.
Iglesia San Francisco, Quito, 1994


El Capital

En el Citroen rojo
la plusvalía saltaba
cuando las desnudas piedras del camino serrano
detenían tu voz.
Hablabas de Marx
de Rusia
de un largo viaje en tren
en medio de la nieve
de un samovar
que brindaba el té a los viajeros.
Los vaivenes del relato
acompañaban las curvas
mientras contabas lo que la sociedad
capitalista
podía hacer
con los hombres.
El polvo del camino a veces
enturbiaba
tus palabras.
También el humo de los Particulares 70.
Y entonces tosías
como para demostrar
que el paraíso
no existe.
Camino del Cuadrado, Córdoba, otoño 1985.

No hay comentarios:

Publicar un comentario