Rosita Escalada Salvo

Escritora nacida en San Javier, Misiones. Argentina.

Libros publicados:
* La Caza del Yasí Yateré-AIQUE Grupo Editor-Buenos Aires (1983)
* La vaquita Mar...garita-Colección " La llavecita"-Plus Ultra
* Cuando florecen los lapachos viejos-Poemas para la Tierra de uno-Ed.SADEM-(1986)
* Casi Coplas en Trío-(en colaboración)-Ed.SADEM-Posadas (1986)
* Antología de Textos para el Tercer Ciclo-(en colaboración)-Ministerio de Educación de la Pcia. de Misiones (1987)
* Taller de Títeres-Ediciones "Polichinelas"-Posadas-Misiones(1990)-Aique Grupo Editor (1993)
* Las naranjas como globos que flotaban-Libros del Quirquincho-Bs. As (1992)
* Paco, el Ñandú-Ed. Diario "El Territorio"-Posadas (1992)
* Paíto-Ed. Polichinela (1994)-Reedición 1996.Plus Ultra (1998)
* Gato Michel-Sol Editora-Mendoza (1996)
* Antologia de la Literatura Misionera-Editorial Universitaria-Posadas.Misiones (1997)
* Las memorias de Verónica-Ed. de la autora,Posadas (1999)
* Pulguitas y Piojos–poemas, canciones y cuentos para el Nivel Inicial y Primer Ciclo-Colección
* Camalote al mar.Editorial Universitaria de Misiones.Posadas (2000)
* Los lunes lentejas-Colección Nueva Narrativa-Editorial Universitaria de Misiones. Posadas (2001)
* La Mágica Hora de la Siesta-Colección Mitad del Mundo-Libresa.Quito.Ecuador.(2001)
* Mitos y Leyendas: Un viaje por la región guaraní (en colaboración)-Editorial Universitaria de Misiones.Buenos Aires (2001)-Traducida al inglés (2003)y al portugués (2004)
* CosmoAgonías-Editorial Vinciguerra.Buenos Aires (2004)
* La caza del Yasí Yateré/Las naranjas como globos que flotaban-Ediciones del Yasí- Posadas (2005)
* Sapo y Sapito en la Laguna Y otros cuentos con animales-Ediciones del Yasí-Posadas (2007)
* Cinco escritores cuentan-Antología.Ediciones del Yasí-Posadas (2007)
* La mujer de-Relatos.Ediciones del Yasí-Posadas (2009)


Mujeres

Las vi cargando piedras en la cabeza
de una en fondo
como en las más ancestrales
cosmogonías
Enhiestas, silenciosas, cuencas de resignación
sus ojos
sin pensar siquiera en la invención de la carretilla.

Las vi dobladas sobre el agua y el barro
plantando arroz
- el milenario pan de cada día-
y el látigo del sol, amo impiadoso,
en sus espaldas.

Lustrando tallas, acuclilladas,
frotando sin placer las horas y los días
entre betún y cera
en tanto los turistas regatean
y se llevan el arte a los destinos
que ellas ignoran.
y que tampoco importa.

Enjambres de muchachas
de piel bruñida y coloridas ropas
siempre ofreciendo algo
cuanto cuesta, cuanto me das
en el inglés universal de todos.

Y la que pone ofrendas y se inclina
pequeñas palmas, flores y alimentos-
en las veredas
y asperga su tiendita en rogativa
a los espíritus del bien y del negocio.

La madre-abuela mece al niño, indiferente.
las jóvenes se bañan en canales
con un pudor que nadie mira
excepto el occidente, sorprendido.
Mientras cruza la calle una encorvada
viejecita
y en los mercados flotantes
- de malolientes aguas-
otras tantas sonríen en las barcas
pletóricas de frutas,
saludando al viajero con orquídeas
que cuelgan de los viejos palafitos.

Es el Oriente. Es Asia.
Las ciudades, los pueblos o las islas.
Y son felices, dicen.
y no les falta techo, ni comida,
ni el salario tan magro.

Pero en ese domingo, en Las Petronas,
88 pisos desafiando las nubes, las alturas-
millares de mujeres envueltas en sus túnicas,
encendieron linternas. Y portaron carteles
y pidieron.
Pidieron LIBERTAD.
(Kuala Lumpur- Agosto de 2000)


Pobreza

Va arrastrando sus suelas gastadas
por las calles la Pobreza.
A veces toma forma de vieja mendicante
y varicosa
que bambolea su bolsa de sobras
y se sienta, cansada,
sobre nuestras desvencijadas
conciencias.
Otras es solo un niño
que colecciona timbres con sus manos
electrizadas
pegajosas de andar sobre cerradas
puertas.
Y ayer he descubierto que se instaló en la esquina
de nuestros sueños ciudadanos
excrementando veredas
donde los hombres sin nombres ni trabajo
duermen su indiferencia bien ganada
de tanto descender.

Mientras
la iglesia llama a misa
con campanadas de silencio.


Miseria

Pero sucede
que he visto a la Miseria caminando
por las calles
de la ciudad.
Y con indiferencia la gente
no miraba.
Y era una madre con un niño
colgado en sus entrañas
y una bolsa de viejo, seco pan.

Y las ojeras del obrero sin trabajo.

Deambulando el asfalto,
un carro cartonero,
un caballo famélico
y un cartel desprolijo con

Se vende.

Más allá,
sobre el río amoratado
la caravana sigue,
se amontona impaciente
marcha,
compra,
pasa nervios,
regresa,
tira latas
y olvida a la Miseria.
Que perdura.
Que arrastra sus harapos,
se desangra,
en títulos impresos e Internet.
(Paradoja del pobre:
ser noticia en costosas pantallas ).

- ¿Cómo estás?
- Yo estoy bien.

Pero ella sigue reptando en nuestras calles
y avenidas;
durmiendo sobre sucios pasillos de negocios
cerrados,
y un SE ALQUILA.
Drogándose en el Parque, amaneciendo
sin sueño ni esperanzas.
Viene y va.

Quizás me duele tanto su figura
porque es diciembre.

Y casi, casi NAVIDAD.
Dic. del '96

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