Luis Omar Comis

Escritor nacido en Capital Federal el 12 de enero de 1971, reside en Tierra del Fuego

Libros editados:
* Suaves palabras del alma (2000)
* Caricias para el amor (2001)
* Cuidemos nuestra salud (2002)
* Azul oscuro (2003)
* Contemplares (2005)
* Adónde van los niños (2007)
* Sombra de la memoria (2008)
* La intemperie (2010)


Quisiéramos


Quisiéramos acaso nosotros
sernos nada más que nieblas
superficies esmeriladas
contrastes vagos
simposio de pobre-santos
ojalá volvieras un instante
en una palabra incógnita
socavada de un verbo en desuso
de un dios que no tiene nombre
ni patria
somos apenas manitas sin sangre
podredumbre del paraíso
pequeñas anécdotas desterradas
de algún inventario
recuerdos de nadie
si las nieblas se disipan
quedaremos desnudos
sin futuro
no seremos acaso nosotros
moribundos pétalo por pétalo
escándalo por escándalo
andamio por andamio.
fe por fe
mientras tanto quisiera de vos
tus señales profundas
cotidianas
tu verbo en reposo
y tu vino de bebernos.


Abecedario de nostalgias

Entre vinos-líneas
una mujer me seduce
y embriaga
sus bragas se desnudan
sin recato pero con vergüenza
rayana a la promiscuidad
sin embargo
entiendo que dios
siempre perdona o alude
ciertos comentarios
procaces o precoses
lo cierto es que tu copa
y la mía
se llenan y vacían
tantas veces
como el amor y el orgasmo
se acuden presurosos

el amor perdura
y el sexo reposa
ambos nos calcinamos
en ámbares y sudores placebos
ambos morimos y vivimos
orgásmicamente
y así pasan los años
y los siglos…
y así te aguardo
y te exploro
penetro tu comarca
virgen
y colonial
así me nazco en
tu boca
y vos
que sos
mi
abecedario
de
nostalgias
sabés
en qué sílaba
en qué esdrújula
dejarme en silencio
paciente
esperando
la décima de amor
o
de espanto.


Mujer intratable

Vete de aquí mujer intratable
que tu fragancia no quede
como recuerdo entre mis sabanas
que el embrujo de tu desnudez
no talle tus formas en mi lecho
y que la magia de la pócima sexual
no deje la memoria
que me quite del insomnio
por eso mujer intratable
te suplico
no dejes tus manos
como saludo final
no dejes que tus parpados
bajen en silencio
augurando este adiós de a gritos
pero a pesar
de saberme huérfano de vos
me estaré naciendo de a pedazos
en tu boca / en tu saliva
y así podré tener la esperanza
que me escupas
que me nombres
que tu lengua dulce
por fin me necesite.


Bohemia y funeral

La gaita sonaba
con profunda nostalgia
detrás de aquella
colina horizonte
los violines gemían
por el amor
de Stradivarius
el néctar
era vida
en las mariposas
de un día
las chicharras
y luciérnagas
ensayaban
una obertura
magnánima
y el cielo
era tan azul
e inexplicable
febo
lamía
sensualmente
las sienes
morenas
y agrias
la brisa
era marina
sin un mar
a la deriva
un corazón
rojo
embraveció
a un corazón
franco
y un maestro
con las manos
sucias de tiza
pero limpias
y libres
recibió
incólume
la bala
se dijo
que lo vieron
llorar
y no de bronca
y no de pena
y no de paz
llorar nomás
a pesar
de los abejorros
y las ideas políticas
de los religiosos
y los republicanos
de los liberales
y las putas
todos
abrazan sus amores
y sus justas causas
entonces
por qué
sonaba la gaita
si estaba
más sola
que la una.


Canción que llega sin urgencias

Cuando la pusilánime mazmorra
te ocultó con su inquina y traidora costumbre
se olvidó del pueblo y su memoria
se olvidó del bohemio que batalla
se olvidó del poeta peregrino
se olvidó del canto silencioso
que es la historia
aquel maldito dieciséis de setiembre y primavera
te cegó la ira impúdica de muerte
porque eras(eres) libre porque eras(eres) pueblo
se olvidó de la raíz latina
de la sangre indígena primera
que resiste que no olvida que cosecha
se olvidó de los cielos y sus dioses
de la tierra que reclama tus latidos
de que el mártir se levanta sin olvidos
que el recuerdo es resistencia
que la plaza te cantó y te cantará
te nombraron enemigo y un peligro
hijo maldito de qué padre
se olvidó que eres hermano
del cóndor de los Andes
que eres pez de tu Pacífico
que eres la vena
que transporta nuestra sangre
se olvidaron que eres canto
que eres gloria
que eres parte grande de la historia
que velamos por tu carne lastimada
y que nosotros somos pueblo
y el pueblo llora reclama batalla se enamora
entonces les recordamos
que el pueblo nunca olvida
y tus manos rasgarán perpetua la guitarra
y el viento cantará con tus versos
y cantarás… Víctor Jara… cantarás.


Retrato de una mujer que mira su vientre en el espejo

Cuna / vientre
abrevadero de nostalgias
metafórica lucha
entre la vida y la muerte
encuentro del vino sangre
y la carne pan
sagrario / óvulo / refugio
marmita de ojaláses
y futuros
augurio de advenimiento
patria única / virgen
solidaria / gigante
abrigo de esperanzas
amor duradero / compañero
mar interno / inexpugnable
cuna / vientre
madre / tierra adentro.

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