Hilda Angélica García

Tiene una vasta trayectoria en las letras catamarqueñas. Ha publicado varios libros de poesía desde 1967. Ha desarrollado una extensa carrera como profesora de letras, funcionaria en áreas de cultura, política y literata, destacándose que es ex concejala de la Capital de Catamarca, actualmente Presidenta de la Sociedad Argentina de Escritores, filial Catamarca y Miembro Correspondiente de la Academia Cruceña de Letras, con sede en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.


Como un río

Como un río volviendo. Como un río
de viento y soledad, piedra y espuma,
amarrado y perdido entre la bruma
se me escapa este sueño, como un río.

Como un niño jugando. Como un niño
transparente, risueño, enamorado,
sobre el tiempo te aferras a mi mano
y me entregas tus ojos, como un niño.

Mariposa sin alas. Mariposa
de brisa y tempestad, breve y ausente,
voy trazando los surcos de tu frente

y llenándome el alma de amapolas.
Soy la lágrima que brota de tu fuente.
Mariposa sin alas. Mariposa...


Réquiem para el payaso

Muñeco de nostalgia
de aquel circo que siempre regresaba.
Tu gorra era un saludo a la alegría.
Tu risa, un garabato.
El alma se te gasta en los zapatos
grandotes, deslustrados,
y ya no olvidaré tu saco enorme,
bolsillo de ternura,
niñez desde qué tiempo
entre el aplauso.
Yo no sé qué tristeza ni qué rumbos
te traerán,
quizás,
bajo esa carpa.
El ruido de una banda te anunciaba.
Su música se fue tras de mi infancia.


El agua que no bebo

Vuela la luz sobre las ramas.
Sola
veo pasar la tarde entre las hojas.
Vuelvo a mirar tu rostro en el crepúsculo
perdido de mi sangre.
Se asoma por mi piel
brotada de desvelos,
como un carruaje lento, impenitente,
rosas ardidas de un sol interminable.
Canela es el olor de tu recuerdo, aguaviva
las hebras de tu llanto
volcado sobre un nido de aleteos
menudos y dispersos en la alcoba del mar.
El viento se distrae
apurando las gotas a la arena,
confundiendo la lágrima y el canto
de la vida que roza los altares
del cuerpo y de las almas.
Los reinos del amor ya son canceles
de cobre y de cristal,
océanos de adiós donde se pierden
los retazos de olvidos desgajados.

2 comentarios:

  1. Esta es una de las voces más queridas por los catamarqueños. Dueña de un lirismo de alto vuelo, se compromete con su visión y desdeña el concretismo o la línea donde lo prosaico hace carne. Es maravilloso leerla. Una grande.

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  2. hola Hilda todavia tengo ese hermoso libro que me regalaste en milonga en capital. Que talento impresionante! te mando un beso enorme. Andrea Martorell

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