Amelia Arellano

Nació y vive en San Luis.
Es Licenciada en Psicología y Psicóloga Social, pero fundamentalmente: poeta.
Ha colaborado con artículos de crítica social y cultura en revistas y periódicos locales y nacionales y público también cuentos, poemas y ensayos en Antologías.
De niña se encuentra con la literatura, con la pasión de escribir poemas.
Ha ganado premios nacionales y provinciales.
Se identifica con los movimientos de la cultura popular y cree firmemente en la emergencia de nuevas generaciones que refuercen y den sentido a la identidad latinoamericana.
Su primer libro publicado lleva el nombre de Pequeño Universo de San Luis, lo hizo a través de la ayuda del Fondo Editorial Sanluiseño.


Ella

“Estoy tan liviana sin ti, que necesito el peso de tu cuerpo
Como la rama del puñado de plumas para poder cantar.”
Beatriz Zuluaga


En ella caben todas las mujeres de este mundo
Las resguarda. Las abraza. Las ama. Las odia, a veces.

Está la que muerde la mítica manzana...y la escupe.
Está la que se cuelga de la costilla rota.
Está la gata que come uvas verdes y camina.
Por la cornisa de una hoja de tilo.
Está la enamorada de la piel del mar.
Dentro de una botella.
La que muerde la copa con sus piernas entre vahos de hombre.
Está la mujer de tiza, la de cal, la de humo.
Está María .María luna .María Buenos Aires.
María María. María madre. María hija. María padre.
María dulce. “Dulcísima. Dulce.”
Como una naranja. Como un durazno.
María. María Triste. Tristísimamente triste.
Como un pantano. Como una lágrima. Como un verde enterrado.
Está Yerma, con su primavera acuchillada.
Está la niña del guardapolvo almidonado.
De abrazo sollozante. De cedro y candelabro.
Está Soledad, sentada a la sombra de su padre.
Sola, como un dromedario o un cementerio.
Atrapada por la sacrosanta lengua de lagarto.
Está la que enciende sándalo entre las cenizas del incesto.
Está la amante que odia el día.
Que ama la noche atrapada en sus cuerpos.
Y el hombre la desnuda como la ruda macho.
Y ella invierte su lengua como la ruda hembra.
Está la que lucha con las pequeñas muertes.
Con la cebolla. Con el reloj. Con pañales de trapo.
Está la enemistada con el dios de barro.
Con las tumbas. Con los ojos huecos. Con la piel tumefacta.
Está la que desafía los límites.
Está la Sacerdotisa de la sal.
La de espalda arqueada. La de cosecha nula.
Está la fecundada por la aurora.
Con un pecho hecho asombro y otro seno hecho arrullo.
Arándanos blancos y caderas de cedro.
Están las meretrices, de corales negros y medusas.
Está la que lava la ropa con ceniza.
La blanquea con sudor y lágrimas...y canta.
Está la que no ha bebido la sed, pero desea el agua.
La que rastrea gotas en la lluvia.

En ella caben todas las mujeres del mundo.
Todas. Menos yo.


Capricornio

Es de noche. Tú sabes.
En los desfiladeros del silencio,
muerden fauces salvajes las violetas perdidas.
Norma Segades


La muerte es un alacrán nocturno.
Capricornio, la ve llegar. Sin miedo.
Una estrella en el cielo. Ruega por ella.
Harapos. Mordiscones de ausencia.
Aun sin nombre. Hembra. Sólo hembra.
Páramo. Desnuda niña. Desnuda luz del cielo.
Una grieta. Un desterrado padre.
Un grial con semen derramado.
Blanco mortal en medio de dos pechos inmolados.

Y bebía, por una urgente necesidad de vida.
Bebía... y se decía... no estoy muerta.
Es cierta esta tibieza.
Este zumo, este sabor a lágrimas.

Un descarnado enero, atrae lagartijas.
Aleja salmos y “violetas perdidas”
Ni un gemido la nombra.
Ni un rezo, ni una lejanía.
¿Acaso se ha caído en el río Jordán?
¿Naufraga en pilas bautismales?
La sagrada familia no la nombra.,
Nombra, si, al padre, al hijo y al espíritu santo.

Niña sin nombre extraviada en el monte.
Isletas, tigres y serpientes.
Lirio. Rehén. Frente de pan. Ángel desolado.
Alguien golpeó su pecho con una flor de almendro.
Allí supo su nombre, llevaría la a.
La a, de almendros.


Paloma Negra

“...tengo miedo de buscarte y encontrarte...”
Chabela Vargas


Traigo una paloma negra.
Sangrándome en el pecho.
Espejo. Antiguo ser. Torcaza desterrada.
Aletea. Cae. Garabatea mi inocencia con minúscula. Se levanta.
Evita los abismos de mi carne.
Sabe. No se improvisa el vuelo. Tampoco, hay cumbres imposibles.

Hay un afuera que golpea. Golpea, muy adentro.
Hay mujeres con zodíacos truncados.
Dioses de cenizas. Pórticos cerrados.
Manos con anillos, zurcidoras de azahares.
Vientre madre sandía, mente padre lenteja.
Cleopatra copula en los andamios.
Blanca nieve es supervivencia. No enloquecer, enloqueciendo.
Isadora aún no emprende el vuelo.
El letargo tiene sabor amargo.
La “casa del hornero” está vacía.
Barby vive en un hospicio de 10 pisos.
Tanto mides. Tanto pesas. Tanto vales.
María soledad vende su hambre.
Mitos y mordazas hacen olas.
Un solo hombre. Un solo bote.
Solo cabe una. Arriba o abajo.
Una sola: Eva o Lilith. Lilith o Eva.

Hay un adentro afuera.
Un adentro que se desborda en verde.
Un silencio de máscaras mayas.
Una alborada fecundada en la sed y en la lluvia.
Un hechizo de vuelos de caballos.
Un pájaro en la mano de una rama.
Un pulso de saliva y greda.
Pezones tibios. Sangre leche.
Una niña, un niño, una huella.
Pronuncia tu nombre y el Nombre de tu nombre.
Un secreto sabor. Un coloquio entre tres.
Un as de bastos, una espada.
Un oro y una copa. Un grial que se derrama.

Traigo amorosas palomas en mis siete mares.
Vuelos. Tenues galopes, entrañables hiedras.
Pero mi madera memoriosa, no es velamen de olvido.
Traigo una paloma negra.
Sangrándome en el pecho.
Espejo. Antiguo ser. Torcaza desterrada.

5 comentarios:

  1. Tu poesía es imponderable, no tiene "encantos" falsificados, es genuina, profunda, muy personal, carismática, no le "hace el trabajo a nadie", de una emotividad que llega al corazón del lector con talento y creatividad. gracias por ellas, Amelia.
    desde el corazón, Andrés Aldao

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  2. Poesías imponderables, profundas, carismáticas, escritas con el talento de las poetas de raza, sin retóricas rebuscadas y con una coherencia poética de muy alto nivel.
    Muchas gracias por llegarme al corazón!
    Andrés Aldao

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  3. Poesías imponderables, profundas, carismáticas, escritas con el talento de las poetas de raza, sin retóricas rebuscadas y con una coherencia poética de muy alto nivel.
    Muchas gracias por llegarme al corazón!
    Andrés Aldao

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  4. Me gustan mucho estos poemas, Amelia! Saludos de José.

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  5. ChIcos, Andrés, Andrés... José , recién hoy , no se porque conjuro, entra en mi direccioario este enlace "te había perdido el rastro José"
    Gracias por los comentarios y en mi respuesta demorada , ojalá pueda darse eso de mas vale tarde que nunca. Los abrazo( A Norma Segades también) amelia

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