Poeta y narradora nacida en Catamarca.
Libros publicados:
Poesía:
* Uvas del Invierno (1978)
* Casa Olvidada (1982), ed. por la Municipalidad de la Capital
* Tatuaron los Pájaros (1987), ed. Botella al Mar, Bs. As.
* Anuin y los Senderos del Fuego (1992), ed. Último Reino, Bs. As.
* Los Cánticos de Otmerón (1998), ed. Último Reino, Bs.As.
* Profanación en las Alturas (2004), ed. Último Reino, Bs. As.
* Último resplandor (2009), ed. del Dock, Bs. As.
Narrativa:
* Las Tres Caras de la Herejía (2003), Ed. Del Candil, Bs. As.
I
creo
en el amor
que ha teñido de rojo la estalactita
en el sacerdote que ha vestido
de angustia la tarde
en la ofrenda de los cuerpos
en la araña que ha cruzado el desfiladero
en la sequía que aniquila
en el estertor de los aparecidos
en las ruinas de oropeles y desvaríos del alba
en los visionarios de la comarca que
murieron
en cuclillas
ahora
una manada de vicuñas se prende
a un pezón
y el aire santifica las alturas
II
vendrás otra vez
como el primer día
a sabotear con ojos perversos la estatura
del silencio
a profanar el vuelo de las rosas
reflejadas en el agua de un estero
el sol cautivo en latitudes
los círculos del cóndor
el eco de un rezo que se esparce
en la montaña
vendrás otra vez y la lluvia
aún no habrá caído
III
El alba enrojeció los lagartos
que dormían
sobre la piedra
una silueta se perpetuó
en el cosmos
en la lenguas profundas
de la noche.
IV
No conocíamos el fuego
habitamos la cercanía
del miedo
Teníamos la lengua atada a un
Sopor profundo
No había signos de párpados
ni el tú ni el yo
todo era latitud circundante
tampoco éramos muerte
sólo el principio de un dios
que apenas nos miraba
V
Escarabajos luminosos
Trazaban coordenadas
de fuego
los papagayos abrían sus alas
a la muerte
En el resplandor de la agonía
Las lenguas de los mártires
Se esparcían en la tierra
VI
Las garras del felino se asientan
sobre la piedra
su cabeza emplumada
mueve un cosmos
de silencios
Narrativa:
* Las Tres Caras de la Herejía (2003), Ed. Del Candil, Bs. As.
I
creo
en el amor
que ha teñido de rojo la estalactita
en el sacerdote que ha vestido
de angustia la tarde
en la ofrenda de los cuerpos
en la araña que ha cruzado el desfiladero
en la sequía que aniquila
en el estertor de los aparecidos
en las ruinas de oropeles y desvaríos del alba
en los visionarios de la comarca que
murieron
en cuclillas
ahora
una manada de vicuñas se prende
a un pezón
y el aire santifica las alturas
II
vendrás otra vez
como el primer día
a sabotear con ojos perversos la estatura
del silencio
a profanar el vuelo de las rosas
reflejadas en el agua de un estero
el sol cautivo en latitudes
los círculos del cóndor
el eco de un rezo que se esparce
en la montaña
vendrás otra vez y la lluvia
aún no habrá caído
III
El alba enrojeció los lagartos
que dormían
sobre la piedra
una silueta se perpetuó
en el cosmos
en la lenguas profundas
de la noche.
IV
No conocíamos el fuego
habitamos la cercanía
del miedo
Teníamos la lengua atada a un
Sopor profundo
No había signos de párpados
ni el tú ni el yo
todo era latitud circundante
tampoco éramos muerte
sólo el principio de un dios
que apenas nos miraba
V
Escarabajos luminosos
Trazaban coordenadas
de fuego
los papagayos abrían sus alas
a la muerte
En el resplandor de la agonía
Las lenguas de los mártires
Se esparcían en la tierra
VI
Las garras del felino se asientan
sobre la piedra
su cabeza emplumada
mueve un cosmos
de silencios
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