Aníbal Silvero

Escritor nacido en Posadas, provincia de Misiones

Libros publicados:
* Cenizas del tiempo, Poesía
* Cartas a la Fantasía, Prosa Poética
* La Muralla del Verso, editado por el Consejo Federal de Inversiones de Argentina
* Cuentos sin Fronteras, editado por Editorial Club Universitario, Alicante, España
* Versos Reversos, edición del autor.
* Cagliostro y el Museo de Piedras, cuentos (2008)
* Sonetos Ideales (2008)
* Azul Migaja, Poesía (2009).


Oda a la precariedad de la luz interna

Dispútate el silencio
Bajo la costra del mundo
una oruga pronuncia tu sentencia

Dispútate la luz bajo la rambla
Debajo bien del ojo
se debate el crepúsculo sombrío
la obscuridad languidece
arañas te reptilan
los homúnculos anfibios se segregan
Narciso se levanta
una ninfa en pie se prostituye
se degenera el viento en remolino
las aguas van en sangre
La peste vocifera
gota a gota anochece en tus pupilas
Narciso se levanta

Dispútate la vida
un lirio de tinieblas va a tu encuentro
oquedad de las formas
finitud de abstracción en desvarío
flecha inversa
la cultura se ríe de sí misma
el monstruo espanta al monstruo
Narciso se levanta

Dispútate la libertad del infinito
el caracol de fuego
rugiente en tus entrañas
la soledad del sol el mesianismo
a las espaldas mismas del diluvio
como un cangrejo sin patas
como un perro
girando en derredor de la locura
como un potrillo sin campo
en aspas los relámpagos te envuelven
tu esqueleto se mancha de injusticia
Luzbel sólo sonríe
las rejas cubren lápidas austeras
en la cordillera azul de lo profano
Entre el sueño y la esperanza
tu esencia sobrevive al exterminio
tu alma en la pira se agiganta
tu piel envuelta en llamas se renueva
el seso se despierta
millones de siluetas resucitan
Narciso se levanta

En desventura exacta entre disputas
la precaria luz retorna a la conciencia
se resquebraja el barro de los templos
la pintura rupestre en las cavernas
se ahogan los aullidos
en la vereda de la paz cantan los pájaros
Narciso se acrecienta
el mundanal ruido no te toca
el verbo se implosiona
agrieta vivifica
consolida al ser en duermevela
como un gigante dormido
inmensurable
Narciso se levanta


Díscola

En la estructura díscola del verbo
en la indisciplinada dialéctica asimétrica
desde la torre de control incontrolable
quizás desde el vacío
subyace un corazón empecinado
con la pálida armadura
la irreverente insignia de un soldado
con tres banderas blancas por fusiles
con botas de cerámica
Mira las gentes desordenadas de impudicia
mira el silencio quejoso de los muertos
mira la miserabilidad de aquel planeta tierra
a través del túnel abierto como herida
desde Oriente a Occidente
o de Occidente a Oriente que más da
si es una arteria abierta lado a lado
mira la noche de las gentes
van a encontrarse con sus ritos de corona
sus rituales envueltos en congoja
sus educadores perdidos
sus cábalas en cruz
van al abismo de sus propios miedos
de sus ansiedades enclenques y torcidas
de sus exquisiteces del oprobio
en cualquier parte del mundo a donde sea
en el milenario instante que ha pasado
los beneméritos del capital hincan sus dientes
para regodearse en la idea del progreso
en el intelecto que apenas brilla en solfa
desde la pus del cerebro nos discursan
desde la imagen fallida del mañana
desde el deseo que jamás se muere
siempre en la catedral confabulada
casi siempre desde el púlpito predicho
vemos sus huellas en el lodo negro
vemos sus desvergüenzas sobre el atrio
su terca necedad de estarse vivos
su incalmable ansiedad
su absurdo argumento
ya que Darwin apostó por el más fuerte
hay quien la humanidad le duele en las entrañas
otros dicen que el poeta está reloco-
hay quien se despierta también por las mañanas
con una nube de alcohol en la cabeza
y le pregunta desde su esquizofrenia autista
y usted a qué mariposa escribe?
Y el poeta no responde entonces
pues en su burbuja ingrávida y opaca
jamás se preocupó en dilucidar
con qué cosa rima mariposa
Mira tal vez apenas su desprendido acento
mira sus penas nuestras penas al reflejo
Mira la sombra de las gentes por la noche
y cae en la cuenta
de la dialéctica asimétrica
de la irreverente insignia
juega con sus tres banderas blancas
y sus botas de cerámica
desde su torre de control incontrolable
desde su amorfo vacío
sobre su corazón empecinado todavía
brilla una pálida armadura junto al verso


Justo ayer

Justo ayer descubrí que soy eterno
desde hoy veo al mundo en espejismo
justo hoy vi que ayer era lo mismo:
un cielo sin final, perpetuo infierno

Todo todo se pierde en el averno
en algún infinito paroxismo
el bien y la maldad son dos guarismos
girando sobre un eje sempiterno

Hasta nunca estaré en el movimiento
pendular del instinto hacia la mente
al extremo del gozo y el tormento

Así voy arrastrado en el tridente
polvareda variable del momento
crucificado al poste del presente


La ciudad

Me mira la ciudad inmensurable
con ojo de titán
con puentes como lanzas
con caminos de rutas en las espalda
con su sombra de noche, con sus máquinas
impregnando de anhídrido mis venas
busca tal vez hacerme más pequeño
impresionablemente microscópico
cabeza de alfiler liliputiense
ameba en decadencia
atómico rebelde en disyuntiva
parásito retórico
minúsculo mórbido analítico
sujeto en extinción lenta y pausada
con sonriente amargura me reprime
me aprieta, me amilana
me tedia la emoción, me amputa, me disocia
en una rueda sin eje, en un molino
donde la carne se mezcla en amasijo
Me mira el orbe frío de neones
con ojo de medusa duplicada
con su clonación de especies en la plaza
con su catedral sin santos
justo a mí
al poeta diminuto
al poeta chiquito
al mínimo hacedor de la utopía
al reaccionario del tiempo
al creyente indeciso
al homo animals
desde una esquina tétrica y obscura
al borde de un baldío por entre la cloaca ciudadana
me mira la hediondez cosmopolita
con su iris robótico y punzante
con su vista de asfalto
con su estrujante euforia
me devora
se ensaña con mi acento proletario
con mi cerebro loco y discursivo
con mi corazón enfermo
con mi desatenta marcha
No puede entender
la gran ciudad de frías marionetas
que un poema camina en sus entrañas.

1 comentario:

  1. 2 comentarios provenientes del blog primitivo:

    Eduardo Monte Jopia dijo...
    Anbibal Silvero es el mayor exponente de la poesia misionera en el se refleja la mirada hacia el mundo sin olvidar el costumbrimo de la escritura local, su obra va mas alla de la frontera territorial de los rios Parana y Uruguay, en el podemos ver el conjunto del movimiento que en esta decada son los encuentros culturales de la tierra colorada para que su obra sea compredida por futuras generaciones de escritores y lectores.
    13 de enero de 2010 11:59

    amelia dijo...
    Buenísimos tus poemas. En una fotografía de un moderno Guernica...y si, tambíen en la basura está la poesía. GRACIAS POETA. amelia
    18 de enero de 2010 00:17

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