Julio Ricardo Estefan
Nació en la provincia de Córdoba y desde 1981, vive y se desempeña como docente en la provincia de Tucumán (UNT)
Durante 2008 publicó sus trabajos en la revista Ñ, del diario Clarín (Buenos Aires), La Buhardilla de Papel (Rosario) y en los blogs de Literatura: Químicamente Impuro, Breves no tan breves, Ráfagas y Parpadeos, Poesía de Tucumán, entre otros.
Es el editor responsable del sello La aguja de Buffon Ediciones.
Ha publicado el libro “La excepción a la regla y otros microrrelatos” (2009), algunos de cuyos trabajos fueron seleccionados para integrar la Antología Monoambientes (Desde la Gente, Buenos Aires, 2008).
Se encuentra en prensa el libro de microrrelatos “Juegos de Superhéroes”, que aparecerá en abril de 2010.
Actualmente coordina el ciclo “Poetas por Poetas” que se lleva a cabo en San Miguel de Tucumán desde el año 2007.
Sibila
Hoy supe que tus ojos tienen un negro idilio
presagio y sortilegio de sus raptos de ensueño,
humor vital, suave torrente, ciego destino
donde abreva mi alma…
Hoy supe que en tus ojos, vida y muerte
se entretejen más allá de mis quimeras
en un solo final, un breve instante
donde suelo buscar mi propia risa.
Seré yo quien parta si vienes a buscarme
mujer helada y fría, te tomaré la mano,
caminaremos juntos sobre crujientes hojas
y olvidaré que existo…
Extraño
a la memoria de mi hijo Khalil
Adivino tu figura
bajo el sol de los naranjos
jugando a que sueñas la siesta
mientras céfiro te toca la cara
y en el suelo entrelazo las siglas
de tu nombre y el mío.
Hay una gran ausencia
hurgando mis entrañas
detrás de los hoyuelos de tu tierna sonrisa
se me escapan tus dedos cada día
y me siento más preso
en esta triste calma.
Pero sé que me has visto
que llevas el recuerdo
de nuestro breve encuentro
que esperas que te atrape
jugando al escondite
y que vendrás por mí
cuando caiga la tarde.
Ser
Sólo somos un punto en este mundo
siguiendo el devenir que nuestra vida
nos otorga: palabra transmitida
por un helicoidal albur. Profundo
sortilegio que salva al inframundo,
de su torpe vagar y su caída.
“Pienso, luego existo”, preconcebida
razón de este animal meditabundo
que todo nombra y todo pesa. Cada
palabra engendra la existencia, cada
ser subsiste en el vocablo. Es dueña
la voz de todo lo que el hombre sueña,
de todo lo que abarca su mirada,
más allá del universo y de la nada.
V
a Beatriz
He vendido el destino
mirando tu reflejo
apenas perceptible
una tarde de Octubre.
He dejado que el cielo
amanezca en tus ojos
y me he abandonado
a discurrir la vida.
Cada paso que damos
son tus pasos,
tu me abrirás las puertas
de este gran laberinto.
Tan solo soy un niño
llevado de la mano.
VI
Desglosaré la vida en busca de tu verbo,
procuraré que sepas mirar sin mis pupilas
y jugar este juego
y saltar estos muros
y apretarnos los dientes
cada nueva mañana.
Transformaré mis pasos al ritmo de tu danza,
lloveremos la brisa de nuestras propias manos
y abriremos las puertas
y asiremos los sueños
y estaremos conscientes
de leer nuestra historia.
Me libraré despacio de este sol en mi frente,
y mi eterna fatiga
y mi amarga ternura,
descansaré después de tus brazos fraternos,
en una dulce cama con nombre y apellido.
FF (>>)
Fugazmente
Los últimos rayos del
Ocaso
Refulgieron tu rostro y
Encendieron el fuego
Natural de tus ojos.
Callaré mis deseos
Imaginando ser el primer hombre
Acostado en medio del Paraíso.
Sensaciones
El ojo de la noche
subvierte mis sentidos,
me llama, me hipnotiza
con su triste monóculo.
Hay un cierto dulzor
imperceptible
detrás de la tapia
donde duermen mis ansias.
Un aliento de hielo
resbala por mi espalda
y me seca tu nombre la garganta.
Siento mi pecho trepar
buscando el aire,
soy un pez que boquea fuera del agua
y no discierne ficciones de verdades.
Eres un fantasma de mi sangre
y estas líneas,
son el lugar de tus apariciones.
Imposibilidad de que un niño sea criado por lobos
a Mowgli, in memóriam
Es largo el sendero,
es oscuro,
es terrible el sendero
donde llora el infante,
es, además, imperceptible
el sinuoso trotar de la manada.
Al cabo lo han rodeado,
lo husmean, temerosos e inquietos.
El animal más viejo se adelanta
y lame al pequeño
que ha cesado en su llanto.
Uno a uno se acercan al niño,
que busca con sus manos el pelaje.
Algunos aún le gruñen;
y he aquí, Sr. Kipling,
que ante el asombro de sus más fieles lectores,
el niño sonríe,
sin saber que los lobos
no interpretan igual que los humanos
que se muestren los incisivos de esa forma.
Y yo escribo,
también estupefacto,
que por ello
el viejo lobo disparó
la primera dentellada…
Efecto Mariposa
“El aleteo de las alas de una mariposa
se puede sentir al otro lado el mundo”
Proverbio chino.
La poesía agita sus alas en Tokio
y Basho evoca un camino desierto y un crepúsculo
que luego recordará Cortázar.
La poesía agita sus alas en Italia
y Salvatore Quasimodo
es atravesado por un rayo de sol.
La poesía agita sus alas en Buenos Aires
y Borges ve como vienen, por ese río de sueños y de barro,
a fundarle la patria.
La poesía agita sus alas en México
y el llano de Rulfo arde en llamas
incendiando todas su metáforas.
La poesía agita sus alas en Baltimore
y un cuervo entra por una ventana y se posa en la sala
de Edgar Allan Poe.
La poesía agita sus alas en España
y un manco escribe las locuras de un hidalgo
que agota los caminos de La Mancha.
La poesía agita sus alas en París
y un cadáver sobre la mesa de Bretón
despide fragancias exquisitas.
La poesía agita sus alas en Chile
y Neruda contempla una noche
con estrellas que tiritan a lo lejos.
La poesía agita sus alas en cualquier parte del mundo
y el huracán se produce aquí,
dentro del cuerpo.
El reino de Lolomoi
a Yazmine
Tiene ambos ojos a un lado de la cara,
una cara alargada de caballo
con orejas pequeñas.
Tiene un cuerpo ovalado y rechoncho
con ocho patas finitas
que apenas lo sostienen.
Una cola flecuda es el remate
que da vida armoniosa
a este ser fabuloso.
“Se que vives alegre, Lolomoi,
en un reino de extrañas criaturas
con colores de felpa.
Con hermanos tan raros como vos:
Limoi, Aiomoín, Mololomón,
que te secundan.
Sé que vives alegre
en el mundo asombroso
de una niña”.
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