Claudia Sastre

Escritora, docente e investigadora nacida en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires el 27 de Diciembre de 1965 reside desde pequeña en Santa Cruz.

Libros editados:
* Fáunicas (1999)
* Duchamp: planos de cristal entresacados a modo de poemas de viaje (Terraza Libros – 2002)
* Imperio: (2008)
* Casaquemada (2009)
* Fáunicas (2009)
Creó y conduce el Proyecto Biblioteca Patagónica (antología virtual de autores patagónicos)


Hierro de marcar

Cuentan que en los cincuenta
entraban los gringos al mogambo
pateando puertas
mareados por la merca y el alcohol
entraban a los tiros y encendían
los cigarros con billetes
y con el índice señalaban a la chica
más hermosa
-una puta recién traída
carne fresca
no tocada todavía en la zona
y en un cuartito, detrás del cabarute
donde la cocaína se servía en platos hondos
para la clientela más selecta
con un elemento de marcar
ganado, el gringo, con sombrero puesto
todavía
escogía su señal
-una gentileza de la casa-
aquella
que estamparía
en las ancas rosadas
de su chica
para su propiedad
el tiempo que le dure
el entusiasmo.


Toda poesía es inútil

Porque yo no soy esa
la que escribe cosas bonitas
que le gustan a la gente
gente que dice: ahhhh! y pone caraboba

No.

Soy dura con mi letra
y mi poesía hiere
como un niño muerto
en una cama de hospital.
Porque con las cosas
que nos suceden cada día
toda poesía es inútil
Toda la poesía
del mundo es superflua

Mucho peor aquella
que reconcilia al hombre con el mundo

Con qué mundo?
en mi mundo el paisaje
este paisaje del sur
el más famoso y más hermoso
del mundo
no esconde
niños que se mueren
por mala praxis en los hospitales
adolescentes que se cuelgan
del alcohol o sin pesar
de los árboles escasos
mujeres que mueren en el parto
o abortan torturadas
por un policía
en una comisaría de las heras

O bien nos malmorimos en la ruta
ya que siempre
estamos yendo a algún lado
o volviendo de otro
y si no es la nieve
será la escarcha, la falta de gasoil
o algún piquete.
Andar es peligroso y no nos queda otra
entonces nuestra esencia
nómada se encuentra
al paso

Estaciones de servicio
melancólicas
paradores, como de bagdad café.


Cuesta del ternero- 1993

Lucinda Quintupuray se llama
la que murió
en 1993 bajo circunstancias
dudosas, en su casa de campo en
cuesta del ternero.
Allí había nacido.
Allí su familia vivía
desde 1914, o antes.
Allí está enterrada con los suyos
junto con su hijo, también muerto
poco después
también en circunstancias
poco claras.

Lo llamaron accidente por darle
algún nombre, pero lo cierto
es que las tierras
de los Quintupuray son aptas
para transacciones inmobiliarias
por poderes importantes
que ya las comprarán
y más tarde
o más temprano se enfrentarán
los poderes mundanos con
los brujos y se verá quién
quién cuando transpiren
la sangre explotada los poderosos
los menéndez los benetton
los negreros de todo tipo
cuando el alma grande quintupuray
el alma chingolo
el alma nevisquita de los ñirentales
baile para nosotros.

1 comentario:

  1. Muy innsos estos poemas, poemas necesarios, buenos poemas, por lo tanto. Gracias por darlos a conocer. Besos

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